Para tocar el cielo

 Hace buen tiempo escucho decir sobre este complicado sitio, pero solo hace unos días en este mes de febrero, pude descubrir el vasto poder de la naturaleza que le circunda.
A unos metros de la más antigua cafetería cubana en los altos de la Farola, uno de los principales viales nacionales y reconocidos entre las 7 maravillas de la ingeniería civil cubana.
 Bordeamos una pendiente elevadas, subimos para comprobar del impacto de unos de los proyectos del desarrollo local en este municipio, el mirador Alto de Cotilla.

Es asombroso comprobar lo que hicieron allí 4 hombres y un jefe de brigadas con extremo cuidado y calidad. Subir acero, cemento, madera, arena y otros materiales al hombro, pues el escaso carretero que puede permitir el acceso al lugar es angosto y apenas un carro triple sube me confirmó el jefe de brigadas y especialista en obras constructoras Armando Laffita.

 Sin embargo el compromiso para impulsar y dejar concluido entonces esta importante atracción para el turismo nacional y foráneo , fue  la más urgente intención.

 Balcones voladizos, escaleras en pendientes y toda la infraestructura que requiere el entorno acogedor y paradisíaco, que de hecho, puede convertirse en uno de los más visitados de Cuba.

El Mirador Alto de Cotilla, de hecho es uno de nuestros principales atractivos turísticos. Donde se juntan clima acogedor, naturaleza, entorno de árboles maderables y helechos arborescentes, que solo podemos encontrar en esa parte de nuestra geografía serrana.

El lugar nos hermana a la primera villa fundada en Cuba Baracoa, y por donde diario transitan cientos de turistas de todas partes del mundo.
La invitación está hecha, allí encontrará gastronomía variada, frutas propias del entorno y otros alimentos, para realce de esa instalación que promete con dos miradas dejar tocar el cielo, al divisarse desde aquí la costa Sur y norte y sus mares de intenso azul.